La figura del Hermano no es siempre bien comprendida por quienes nos rodean. En algunas ocasiones se oye decir a la gente ¿Cuántos años le faltan para ser sacerdote? La respuesta es esta: “al Hermano no le falta ningún año para ser sacerdote, porque ser Hermano es su vocación en la Iglesia.”
La vocación de Hermano, característica del religioso laico, hace referencia inmediata a la FRATERNIDAD y, por lo tanto, a la Comunidad.
El religioso Hermano no participa del ministerio ordenado sino que actúa en el ministerio eclesial confiado a su Congregación al ser aprobada por la Iglesia.
El Hno. Gabriel en sus escritos, y, sobre todo, en las diversas ediciones de la Regla de vida, supo dar un perfil bien definido a la identidad del Hermano como religioso laico, con una misión propia de servicio a la Iglesia y a la sociedad; misión que se lleva a cabo mediante el ejercicio de varios ministerios laicales y de una serie de actividades específicas, entre las que se destacan la educación cristiana, la catequesis y el servicio litúrgico parroquial.